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ellos, están llamados a servir a sus hermanos ofreciéndoles la vida de Dios,
como hombres de la Palabra divina y de lo sagrado.6 Aliento, pues, a los
sacerdotes de esa Archidiócesis, ası́ como a los que se sumen a ellos durante
este Jubileo y a los de las diócesis por donde pasa el Camino, a prodigarse en
la administración de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristı́a, pues
lo más buscado, lo más preciado y caracterı́stico del Año Santo es el Perdón y
el encuentro con Cristo vivo.
4. En esta circunstancia, expreso mi especial cercanı́a a los peregrinos que
llegan y seguirán llegando a Santiago. Les invito a que hagan acopio de las
sugestivas experiencias de fe, caridad y fraternidad que encuentren en su
andadura, a que vivan el Camino sobre todo interiormente, dejándose inter-
pelar por la llamada que el Señor hace a cada uno de ellos. Ası́ podrán decir
con gozo y firmeza en el Pórtico de la Gloria: « Creo ». Les ruego también que
en su oración cadenciosa no olviden a los que no pudieron acompañarles, a sus
familias y amigos, a los enfermos y necesitados, a los emigrantes, a los frágiles
en la fe y al Pueblo de Dios con sus Pastores.
5. Agradezco cordialmente a la Archidiócesis de Santiago, ası́ como a las
Autoridades y otros colaboradores, sus esfuerzos en la preparación de este
Jubileo Compostelano, como también a los voluntarios y a cuantos están
dispuestos a contribuir a su buen desarrollo. Confı́o los frutos espirituales y
pastorales de este Año Santo a nuestra Madre del cielo, la Virgen Peregrina, y
al Apóstol Santiago, el « amigo del Señor », a la vez que imparto a todos con
afecto la Bendición Apostólica.
Vaticano, 19 de diciembre de 2009.
BENEDICTUS PP. XVI
6 Cf. Al retiro sacerdotal internacional en Ars, 28 septiembre 2009.